Pues sí. El drama, a buchitos cortos pero seguidos.
Tengo esa manera de ser, intensa, profunda, dramática.
Y además, he desarrollado una especial susceptibilidad para ciertas cosas. Sobre todo, aquello que tiene que ver con el mundo que envuelve a la EM. Y más concretamente, las nuevas condiciones de vida que ésta ha generado en mí.
¡Uy, uy, uy!….
Me pongo a la defensiva por completo.
Comentarios lanzados desde el cariño, segurísimo, pero con poco tacto para mí. Uffff, me rajan el pecho de un lado a otro.
Es que verdaderamente estoy muy sensible.
Bromas, comparaciones, comentarios para quitar hierro al asunto…, todo me cae como un palo en la cabeza.
¡MAL!
A veces sonrío y me callo, otras asiento y trago saliva, otras contraargumento con el ceño fruncido…. Pero la realidad es que me dañan. Es como dejar caer alcohol en una herida abierta.
¡¡¡¡¡Dueleeeee!!!!!
Luego me siento mal conmigo misma, por haberme sentido mal por el comentario de Fulanito o Menganito. Por saber además, con total certeza, que lo hizo con la mejor de las intenciones. Por descubrirme tan dañada y vulnerable. Por sentirme a la defensiva. Por darme cuenta que lo que tengo es rabia y falta de aceptación de la situación.
Vamos que de una forma u otra, me siento mal. Y es que aún siendo consciente de que no pretenden dañarme ni son ofensivas, determinadas palabras se me entierran y se quedan dando vueltas entre el el estómago y la garganta.
¡Ay, qué complicada es la vida, o qué complicada soy yo!….
No pretendo que nadie me entienda, pues a veces todo me resulta tan denso, que no me entiendo ni yo. Pero sí lucho porque me respeten, por dar voz a mi momento y porque no juzguen mi dolor. Porque además de esos comentarios que a veces hacemos desde el cariño, también emitimos -y me incluyo-, juicios y sentencias sobre la vida de los demás. Nos creemos con derecho a opinar de manera gratuita y sin pagar peaje… ¿Perdona?. En estos casos, la vena del cuello sí que se me enciende. Por ahí no paso.
Mis circunstancias son mías y ya sabré yo cómo me afectan, cómo las gestiono, cómo batallo con ellas. Si no quieres/sabes/o estás dispuest@ a ayudar, tampoco te permitas el lujo de opinar.
Es entonces cuando siento mis emociones en ebullición. Mi lado irascible y toda esa rabia acumulada, se calienta cual lava de un volcán. Pero no sale. No explota. No. En su lugar me salen abscesos. En fin…
Tengo que aprender a decir o no decir, pero al menos que no me queme dentro.
Pero al margen de la rabia que no sale, es cierto que tengo esa tendencia de carácter, de forma, de manera. Intensa, profunda, dramática.
Sí. El drama a buchitos cortos, pero seguidos.
Dramas y comedias. Fangoria. No quiero más dramas en mi vida Solo comedias entretenidas Así que no me vengas con historias de celos Llantos y tragedias, no Si me llamas para lo de siempre No te molestes No me interesa ya Lo repito por si no lo entiendes Me cansa estar triste Y no me compensa más He decidido enterrar el dolor y la pena Voy a olvidarme de los problemas No quiero más dramas en mi vida Solo comedias entretenidas Así que no me vengas con historias de celos Llantos y tragedias, no ¿Qué más da? Si todo es mentira ¿Qué más da? Deja que me ría ¿Qué más da? Si al final el día ¿Qué más da? Va a acabar igual Deja de quejarte sin descanso Es aburrido y ¿De qué sirve? Piensa que el futuro sigue en blanco Que nada está escrito Que todo es posible He conseguido borrar de un plumazo las fobias y manías Ha sido fácil, son tonterías No quiero más dramas en mi vida Solo comedias entretenidas Así que no me vengas con historias de celos Llantos y tragedias, no