Lo que conoces de mí es solo un perfil. El izquierdo concretamente. El otro lo solía mantener escondido por mis vergüenzas. Tampoco me esmeraba en guardarlo, simplemente no salía de forma natural.
Conoces muchos de mis secretos y algún misterio que entre risas he soltado para hacértelo llegar.
A veces, has escuchado mi risa a carcajadas y has sido testigo de mi eterna mueca sonrisa; ésta sí la conoces bien.
Cuando has tratado de observarme, te has encontrado con una dualidad que te desconcierta; la tristeza que me envuelve contra esa fuerza vital que siempre me impulsa. Pero insisto, solo conoces un lado de mí.
Viste mis paredes de colores, también luego cuando quedaron blancas. Estabas ahí, desde tu ventana mirando. Yo también, desde mi escaparate me dejaba mostrar. Recuerdo cómo hacías comentarios y dabas a «me gusta» en mis publicaciones abiertas al público. Sí, lo recuerdo con cierta satisfacción engreída. Desde ese momento ya sabía que algo de mí llamaba tu atención.
Eso es lo que conoces de mí; una mezcla entre lo que yo he querido mostrar y lo que tu persona, con tus propias experiencias y tu bagaje, ha interpretado.
Ese lado entonces, mi perfil izquierdo, es nuestro mundo común. Lo que conoces de mí.
La múltiple María 